Crónicas Gitanas Parte I
I
de que la libertad de mis sentidos no satisfaga tus derroches,
te entrego la llave de Pandora en cada soledad y sólo recibo
un diamante cristalino de angustia y sal.
te añoro despacio, mientras siento correr otros labios en mi rostro,
porque quizá la antagónica luna sangra con pedazos de angustia entre mis piernas,
sólo me llevo un sincero consuelo de carne
ya no sé si es amor o deseo
solo sé que entrego el esqueleto con cuchillas
y pastillas de menta
a las que finjo saborear con cálidos mordiscos...
Es la libertad mi divino tesoro,
un quejumbroso gesto de melancolía y deseo...
Una palabra que se escabulle entre las piernas y tus ojos
como una cándida sonrisa de perenne rostro...
Tú, mi sutil confidente,
me atormentas al no permitirme ataduras
o es que ¿acaso me proteges del instinto de la noche?
CRÓNICAS GITANAS.®
2000
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