Crónicas Gitanas Parte III
III
donde mi destino se entrelaza con la incoherente vacilación,
porque si acaso tus labios se equiparan con el viento,
el viento se equipara con mi voz.
Casual derramamiento de fluidos, cuando la sangre bosteza ante tu luz,
como un pequeño pedazo de caleidoscopio humano,
como un vacío que se come mis entrañas con el corazón.
Y es que lagrimeo ante la casualidad incierta,
porque la espera de celestiales retoños me sofoca,
cansada como un fragmento de espejo vacilante
desde que tus dedos se convirtieron en pétalos de sal.
Vagas, entre las espinas del cielo, contemplando la desdicha de tu sagrados dominios
o quizá es que la sangre se consume con el silencio
mientras la luna mengua en una crónica despiadada...
Sobre mi sólo esta tu manto,
una daga de cálida envergadura que tatúa en mi piel tu clamoroso nombre:
tú, MI LIBERTAD.
2000
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