Donde Convergen los Sentidos III
¿Seguros que ya?
Creo que sí...
Pues entonces... Ya..
Miraba un tanto contrariada a mis nuevos compañeros.
Creo que nuestros rostros eran espejos compartidos. Sabíamos que hacer. Que ya era el momento. Pero unos breves segundos de duda, de risa nerviosa, parecían detener el tiempo. Y todo transcurría en cámara lenta en mi cuerpo, pero mi alrededor un acelerado ritmo, que golpeteaba las vibraciones de mi corazón.
Creo que sí...
Pues entonces... Ya..
Miraba un tanto contrariada a mis nuevos compañeros.
Creo que nuestros rostros eran espejos compartidos. Sabíamos que hacer. Que ya era el momento. Pero unos breves segundos de duda, de risa nerviosa, parecían detener el tiempo. Y todo transcurría en cámara lenta en mi cuerpo, pero mi alrededor un acelerado ritmo, que golpeteaba las vibraciones de mi corazón.
En esa comunión que establecí con mis nuevos compañeros, decidimos resguardar nuestras pertenencias en conjunto. Nos solidarizamos. Confiamos.
De pronto sentí la brisa rozando mi piel. Por primera vez, observé el amanecer desde otra perspectiva. Todo a mi alrededor dejaba de ser algo insólito, extraño, incómodo. Era un equilibrio donde no había género, ni clase social. Una igualdad de circunstancias donde cada textura era de un suave aroma de libertad.
Eso si. Mucha libertad y todo. Pero ese descenso en la temperatura cuando amanece, no estaba siendo muy agradable que digamos. Literalmente se experimentaba en cada fibra de mi ser. Y de que manera. Aunque había quien la sufría más que yo. Alguien titiritaba incontrolablemente mientras que otros trataban de brindarse un poco de calor corporal, mientras el resto se acomodaba en sus posiciones.
No faltaba el comentario picante. Ese que sólo el humor mexicano posee. Esa mezcla entre sarcasmo y albur que es dicho justo en el momento preciso o hasta en el instante "maestro longaniza" para todavía generar una carcajada más intensa.
Yo estaba absorta en mis pensamientos. Por momentos me distraían, los flashes que a la distancia, sobre un estratégico techo, hacían olvidar la cómoda soledad de esta equitativa masa. Voltee a mi alrededor. Todos eramos iguales aunque un desfile multicolor de tatuajes me deleitaba ante las obras de arte que llegué a apreciar....
Tras una orden dada, el cielo se convirtió en mi testigo. Entre sus nubes me contemplaba contrariado, pero al mismo tiempo extasiado al ver ese sentimiento de tranquilidad que había en nuestros semblantes. Y le sonreí. No podía evitarlo. Finalmente, la naturaleza se encontraba en equilibrio...
Continuará...
1 comentario:
Me gusto mucho tu blog.
La wicca siempre se me ha hecho bien cabrona, pero aqui donde vivo, ni como hacerle.
saludos!
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