El cuento más corto y más bonito
Hace unos días llego a uno de mis correos, un forward sumamente interesante, en el que hablaba como las mujeres se aferran a creer en esas historias fantásticas del príncipe azul que llegará en su blanco corcel (o en su defecto en su BMW descapotable color plateado) para salvarlas de todas las tragedias que han sufrido y vivir felices para siempre; pero en donde la felicidad auténtica proviene de cuánto puedes ejercer tu libertad....
Obviamente, la historia del Principe Azul no más que una falacia que nos han inculcado desde pequeñas. A eso sumenle la constante observación que muchos padres hacen a sus hijas sobre lo necesario que es, el que estén con un hombre a su lado. Cuentos como La Bella Durmiente, o La Cenicienta; un toque de Barbie y Ken; y así paulatinamente nos vamos intoxicando de una realidad tan efímera que ha generado frustraciones en tantas féminas que he conocido a lo largo de esta vida.
Y es que verdaderamente, no se trata de encontrar a ese Príncipe Encantado que va solucionarnos todo y que nos amará eternamente... En verdad, eso no existe. De antemano hay que considerar que somos criaturas individuales y únicas que estamos en búsqueda constante del crecimiento y que al vernos obligadas a cumplir esa expectativa mas bien provocan que seamos criaturas sin autonomía y aferradas satisfacer algo que a final de cuentas ni va a dejar un buen sabor de boca y que probablemente se convierta en la obsesión más absurda a la que podemos dedicarle nuestras vidas.
He aquí el cuento más corto y más bonito que he leído en mi vida:
Había una vez una muchacha que le pregunto a un chico si se quería casar con ella.
El chico dijo "NO".
Y la muchacha vivió feliz para siempre, sin lavar, cocinar, planchar para nadie, saliendo con sus amigas, tirándose al que le daba la gana, gastando su dinero en sí misma y sin trabajar para ninguno.
FIN
El problema es que de chiquitas, no nos contaban estos cuentos.....
¡¡Y NOS JODIERON A TODAS CON EL"BENDITO" PRINCIPE AZUL!!