Panax
Cierro el alma,
respiro con la fuerza de la meditación.
Miro la textura de la circunstancias
y tan sólo callo.
Hay situaciones que no son concebidas en mi cosmovisión.
Otras son simplemente un vaivén de eclecticismos.
La piel me abraza con templanza
y el coraje de la Diosa penetra en el espíritu.
Me exaspera la empatía,
ese universo de energías en yuxtaposición.
No puedo negar la esencia,
pero en el aprendizaje debo permitir un flujo sagrado.
De lo contrario, el prana escapa junto con mi tranquilad.