viernes, noviembre 07, 2008

El aroma del miedo...

La tarde y el estrés crecían conforme la tarde avanzaba.

Aun con todo el tráfico que han generados los cierres como resultado del avionazo, las Lomas de Chapultepec parecía volver a su ajetreado ritmo cotidiano.

Una junta tras otra. Unos mapas, presentaciones y logísticas que tener preparados para una reunión operativa. El tiempo disminuía en lapsos violentos. La hora de la comida se esfumó en mi vida. La adrenalina era mi alimento.

Trataba de no mirar el reloj. Y con el apoyo de mi equipo, logramos salir justo en el momento indicado con el material solicitado.

Inició la junta. Las manecillas hablaban en silencio en conjunto con la voz de quienes encabezaban la cita. Al final un pequeño grupo nos quedamos reunidos para despejar dudas. Ubicados en un estudio habilitado como sala de reuniones con tan sólo aire acondicionado y una puerta como ventilación, algunos comenzamos a sentirnos incómodos. Me comencé a sentir mareada, sin embargo consideré que era el resultado de mi ayuno involuntario.

De pronto, ingresa nuestro director con una voz calmada pero a la vez enérgica mezclada con un velo de preocupación. "Necesito por favor que salgan de aquí. Hay un aroma a gas y prefiero que se vayan al patio". Al pasar por un pasillo que conduce al patio exterior, caímos en cuenta. Un aroma a gas intenso, que calaba, lastimaba y en conjunción preocupaba. Todos buscábamos desenmarañar el origen de dicho olor. Una teoría tras otra. Algunos caminamos rumbo a nuestras respectivas oficinas para recoger nuestras cosas. Sea lo que sea yo no quiero estar aquí si pasa algo. Aviso a mis compañeros de espacio. Hay quienes lo toman con calma, otros develan un halo de preocupación. Me acerco a otra zona y doy la notificación: "Chavos de Deportes, huele mucho a gas, nos estamos saliendo todos por seguridad".

Una de las chicas del equipo de brigada -que lleva afónica toda la semana y que por la adrenalina recuperó un poco de su voz- pregunta quién dio la orden de evacuar. Muchos le explicamos la situación. El olor se intensifica. Mucho. Junto con el rostro de agobio de otros.

En conjunto con jefes y áreas estratégicas se toma una decisión: Por instrucciones de Capital Humano deben retirarse a sus casas. Por favor quienes aún tengan cosas en sus lugares vayan por ellas en calma.

Comenzó la evacuación. Y para quienes vivimos el caos de hace un par de noches, la tarde no resulta una de las más agradables. Busco a mi gente. A mi equipo. Mi orden es que ya los quiero lejos pronto. Entre que investigamos o descubrimos porqué huele así esto podría tornarse extraño.

Espero un par de mi minutos y me dirijo a mi automóvil. Los ojos arden, la garganta también. Carajo. Las Lomas se torna un lugar nada cómodo para estar. Otra vez. Con toda la carga laboral que tenemos esta semana prefiero mi seguridad y la de mi equipo. Ya mañana hallaré una solución al precipitado ritmo de la obligación. Por lo pronto, prefiero irme hacia Santa Fe que intentar incorporarme a Periférico.

La ciudad se desquicia. Las ideas se trastornan y mientras tanto, nadie nos explica la verdad...

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miércoles, noviembre 05, 2008

Qué pasó? Fue algo más?

Seré breve...
No porque el momento no lo amerite, sino porque en este instante aún trato de asimilar la ambiguedad de un día tan extraño.

Hoy, cuando escribía en este mismo espacio, no pensé que necesitaría compartir nuevamente mis pensamientos en tan violenta realidad. Requiere el espíritu desahogarse a golpe de texto, aún cuando el cansancio y la adrenalina son una combinación surrealista.

A medio kilómetro se escucho un estruendo. La luz se apagó. Supusimos fue un transformador. Pero no. Conforme los minutos pasaban la información fluía. De pronto reflexionas: es mi ruta de regreso. Es la ruta de regreso de mis amigos y compañeros. Los teléfonos colapsan. El corazón palpita sin control. La mesa de redacción se mueve a un ritmo estrepitoso. Ayudas en lo que puedes en lo paralelo que miras las imágenes en la televisión.

La tranquilidad fluye conforme escuchas la voz de quienes sabías podrían estar ahí. Otros regresan a la oficina. "Vi la explosión" te comentan. "No hay paso, prefiero quedarme aquí". Alguien más vio la escena completa. Su narrativa conmueve mientras la adrenalina es lo que lo mantiene coherente ante lo que experimentó.

El tiempo transcurre. El olor a humo invade ya hasta los pasillos. La atmósfera es de consternación. Cuando se menciona el nombre de quién iba a bordo comienzan las especulaciones. Cuestionamientos. Hipótesis. Todo fluye al por mayor. Piensas hasta en aquellos que atienden en los puestos de tacos, quesadillas hasta en el compa de la birria.
¿Qué pasó?

La noche invade mientras ese olor a muerte, turbosina y miedo aún se percibe.
Sales tarde para no encontrar tráfico dado que ese maldito camino era tu ruta y tienes que pensar en alternativas.

No puedo dormir porque simplemente no entiendo... ¿por qué? ¿qué pasó en realidad?
Parece que ya todos se reportaron. Es acaso esto ¿una surrealidad?

Ya me cansé de escuchar y ver las mismas declaraciones.
Por favor alguien dígannos la verdad.

martes, noviembre 04, 2008

Pensamientos de Madrugador Capricho

Amanece.
La adrenalina me ha mantenido en este estado de alerta donde el dormir se reduce al nivel básico. Por algo ya hay ocasiones le he ganado al despertador. Tal como el día de hoy.
Aún con este clima de combinaciones ambiguas, donde el frío cala pero el calor quema, me mantengo despierta mientras lidio con la presión. Me miro al espejo. Respiro profundo. Por momentos quisiera regresar a la paz del anonimato, pero al mismo tiempo reconozco que no me puedo sumergir en el pantano de la mediocridad. No. No es mi estilo.
El rojo de ese vestido refleja mi fuerza interna. Las botas están preparadas para la larga jornada. Decoro las pestañas, alboroto el cabello, preparo el instinto.
Hoy me acerco cada vez más a uno de mis mayores retos.
Me asusta, pero al mismo tiempo excita mis sentidos.
Ya hasta el estrés y yo estamos siendo amigos. O por lo menos tenemos firmado un pacto de no intervención.

domingo, noviembre 02, 2008

Samhain: un renacer

Llegó Samhain.

Hace un año, esperaba esta fecha con anhelo. Sin embargo, las circunstancias se tornaron un tanto complejas y no pude hacerle los honores que deseaba a la noche donde los espíritus se congregan en un misticismo único. Fue un tanto frustrante. Después todo se convirtió en una acelerada caida de retos e incertidumbre. Pero en este tiempo he comprendido que todo lo vivido y experimentado ha sido parte de una enseñanza. He renacido de nuevo. Me he reencontrado de nuevo. He abierto nuevamente la luz y le he permitido regresar a mí, en un equilibrio con la oscuridad.

En ocasiones, cuestioné. En otras, no comprendí. Por instantes, dude de la fe que deposité en la Diosa. Pero, pronto me rescaté a mi misma. Aún sigo siendo un acelerada criatura social-laboral pero he visto la magia estar en mi vida aún en los instantes más ambiguos. Porque todos tenemos magia en nuestro interior. Sólo hace falta abrir los ojos y permitirte un momento lúdico. He aceptado mi fuerza, mi identidad y mi ser. He mirado con ojos de realidad infinita. Me enfrenté a la caja de Pandora. Ese pequeño baúl en el que acumulas, escondes y crees que se desecha, pero que en realidad, un día se abré intempestivamente y pone de manifiesto todo cuánto creías desaparecido, pero que aún está en ti, como un lastre que no mereces.

Llegó Samhain.
Lo recibí con alegría. Porque aunque debí trabajar, tuve la oportunidad de disfrutar mi noche. Todavía con más gusto del que imaginé, porque sin querer alguien a quien estimo mucho se apareció en punto de la medianoche. Una amiga con una locura mezclada con magia, cuya fortaleza radica en sus constantes renacimientos. La admiro y respeto mucho, por su talento así como su identidad. Puede que luche consigo misma, pero sé que de esa batalle saldrá victoriosa. Como alguna vez lo mencioné, siempre hay un motivo por el que ciertas personas regresan a tu vida. No es mera coincidencia. Uno tiene el libre albedrío de saber hacia qué rumbo llevar ese retorno. Y aprender, de nueva cuenta.

Llego Samhain.
Gracias por este año de cuestionamientos.
Gracias por permitirme ser una criatura de luz.
Gracias por leerme y permitir abrir mi lado mágico con quienes aún continúan sumergidos en estas líneas.

Hay un poco de polvo de bruja en el ambiente, así que seguiré celebrando la ocasión...