Una reflexión tras una recapacitación
Una semana extraña...
Una temporada difícil...
Pasé del dolor al coraje, de la impotencia a la aceptación, de la ira al perdón...
Sí, muchos estados anímicos en tan poco tiempo...
Absurdo quizá resulte para muchos el que haya tenido tantos vuelcos emocionales en tan poco tiempo... No, no he caído en las garras de los arranques de la serotonina, ni en la necesidad de litio en mi organismo...
Digamos simplemente que supe lo que en 20 minutos es que un extraño invada tu espacio y privacidad, y que al mismo tiempo te deje en la disyuntiva de ¿ahora que haré?.
Muchas ideas en tu cabeza... desde el típico y si hubiera hasta el como pude permitir que pasara algo...
Lo más intenso es tener que superar la impotencia y el coraje... porque lo más intenso era haber visto la invasión de mi espacio, el que alguien haya osado en corromper un elemento sagrado para mí y mi libertad...
No fue grave, tengo que admitirlo, porque finalmente, estoy aquí ; y en el recuento de los daños sólo un estereo y mi adorado Cuaz fueron los afectados... Pero verdaderamente ahora me pregunto ¿quién nos está cuidando en el plano social? ¿dónde quedo la tranquilidad de transitar libremente sin tener que agobiarse en si acaso algo me pasará?
Sé que tengo un espíritu de luz que siempre está conmigo y evita que cosas más severas ocurran en mi vida, pero tampoco quiero estar jugando a la ruleta rusa todos los días, simplemente porque las autoridades se duermen en sus laureles...
Lo único que voy a señalar para terminar este texto, es que mi libertad sigue conmigo y seguirá mientras el aire roce mis mejillas en una noche de luna llena....