Viviendo entre dos mundos....
Haré una somera interrupción a la crónica que aún sigue pendiente en este espacio para hacer una breve reflexión.
Mientras la ergotamina fluye por mi cuerpo, en combinación con su contraparte en Pulsatilla, Sanguinarea y Calcarea, me permite un pequeño instante para escribir sobre algo que parece ser un instante de confusión y de interrogación para quienes no lo padecen...
Yo vivo en mundo migraña.
Un mundo en el que las ideas se tornan un hilo punzante que carcome las neuronas. Un látigazo de energía negativa que parece no tener un final en este límbico espacio terrenal.
La luz se convierte en agujas de controversia, junto con el mínimo sonido. Aromas simples cuyo perfume inofensivo provocan una nauseabunda danza en la percepción sensorial.
Dolor que es amante y enemigo. Que se tatua en la piel con tinta iridiscente.
El problema inicia, cuando por desgracia muchos no comprenden esta sensación...
Cuando no pertenecen a esta comunidad - la cual ha sido mi hogar desde hace quiza 15 años -...
Cuando no saben lo que es, perder la capacidad de controlar tus sensaciones... ser súbdito de pequeños cortos circuito....
Cuando hay meses o temporadas en que tienes que visitar un mundo que no deseas. Como cuando te llevaban a casa de esa tía cuya simple presencia te causaba repugnancia, pero que tenías que ir. Forzosamente. Así es este mundo... llegas a él, y quieres salir pero no puedes.
Está sitiado por una fortaleza de palpitantes agonías que se quedan innertes pero punzantes.
Quienes están afuera, y lo conocen, sé que me comprenderán....
Yo quiero salir, escapar. Dejar mi visa permanente. Pero por lo menos hoy, tuve que regresar nuevamente aún en contra de mi voluntad....