Charlas entre silencioso pensamiento
Tengo una fascinación por convivir con mi soledad. Ya saben, el simplmente andar por un par de horas conviviendo conmigo misma. Entrar a una libreria y hojear un par de novelas o revistas, escurrirme entre los aparadores de una tienda de ropa o simplemente, sentarme en la barra de un restaurante, pedir algo de comer y analizar las circunstancias, el entorno, el bullicioso silencio de platos, murmullos y choques de alguna que otra copa; pero sobre todo, convivir unos instantes con mi más pura esencia.
Hay un lugar donde ya me ubican. Y no me apena decir que hasta disfruto estar ahí, en ese banquillo, mirando por ratos la tele programada en canales deportivos o encender un cigarro mientras me pierdo en mis meditaciones; la verdad a veces cuando necesito reflexionar, superar corajes o tristezas, primero pienso en que debo hacer las pases conmigo misma y para eso, tengo que compartir con mi amiga la soledad. Hasta circunstancialmente, justo me siento en una zona, donde el celular, se vuelve una sombra más, que callado espera regresar al ensordecedor paraje de la cotidianeidad.
Y me ha funcionado. Es tan rico ser esencia, tiempo y realidad. Aprender a lidiar con tu vida y simplemente entregarte a los pensamientos...
Ya sé, son rarezas.... Pero ¿no son acaso estos toques de extrañeza los que te permiten mirar el horizonte, con una visión de profundo carisma?
1 comentario:
no podría estar yo más de acuerdo con todo lo que escribiste amiga.. algún día espero podamos compartir esas soledades... a manera meramente de experimentación cotidiana...
te parece?
es chingón ver que no soy la única rara... o no será más bien, que somos normales? y el resto de la gente podrida que necesita a huevo bluffear con alguien al lado es la que está haciendo algo mal?
Besos my wicca friend.
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