sábado, septiembre 08, 2007

Pardon me.. your teeth are on my neck

Siendo seguidora de la cultura oscura -que finalmente es una percepción que simboliza la luz en sí, al ser ambos contrapartes íntimamente ligadas- he visto cosas, conocido personas y personajes, así como palpado emociones que han trascendido en mi vida. Pero que también me permiten entender realidades alternas que en ocasiones convergen con nuestro destino.

El par de lectores, que en su ociosidad habitual se han encontrado con este blog, sabrán que el mundo seductor del vampirismo es una de mis pasiones más intensas, tal como es la intensidad de la sangre que se traslada por mi espíritu. Así también lo es el estudio de la conducta humana, centrado hacia ese extraño proceso que ha llevado a que la mente sea el mecanismo más poderoso que desencadena hacia la destrucción... para el lado más oscuro de la naturaleza humana... o simplemente para llevar el arte palpitante de la vida y de los dones de la Diosa, hacia un sendero de autocomplacencia en el que no importa que hay de por medio.

No quiero con esto ofender a ninguno de mis semejantes hermanos de la oscuridad. Al contrario, quienes verdaderamente entienden la fuerza en la energía vital del encanto gótico, comprenderán que mi crítica más concisa va hacia aquellos seres que a conciencia -y en algunos casos en inconsciencia- de su habilidad, absorben la esencia más pura de nuestros seres. Se alimentan de algo más poderoso que la sangre misma: el alma.

Así como hay PsyV's cuya habilidad controlan y con quienes puedes llegar a tener un vínculo profundo en común acuerdo, hay quienes abusan de la misma, para su propia conveniencia.

Corrompen. Mancillan. Atolondran. Calan. Debilitan. Abusan. Violan... hasta que matan...
A nuestro alrededor respiran, en la búsqueda de una nueva víctima...

Por eso, para evitar esa mordida intangible, es importante usar la fuerza de la dualidad más íntima de la luz y la oscuridad, para menguar su ataque. Pero lo más importante, no permitir que la energía que nos hace en cuerpo y espíritu, se escape al primer impulso de debilidad. Porque estos seres de perverso semblante, olfatean a quien podría ser su próximo alimento.

Que sea la luna el tahalí, que sostiene la felicidad; y la noche, brillante armadura.

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