Diplomado en tramitología III
Seis módulos de atención ubicados al lado derecho de aquel oscuro y extraño centro de servicio, corresponden al área de licencias. Tan sólo una mujer los atiende. Dos "supervisores" se acercan a mí y me preguntan a qué es a lo que voy. Ninguno me pregunta qué documentación traigo o si tengo alguna duda. Soy muy cortés y respondo que estoy esperando mi turno. En verdad. Mi ánimo destilaba armonía. La paciencia era mi estandarte y sobre todo no tenía prisa al conocer cómo se mueven los hilos de la burocracia. Mi mentalidad parecía la adecuada.
Mi turno. Un amable buenos días es intercambiado entre la mujer "multimodular" y una servidora. Me mira. Analiza mi línea de captura recién pagada en el banco.
-"¿Quién te explicó qué había que hacer?- me cuestiona con un halo incisivo.
-"Nadie, me metí anoche a la página de SETRAVI para extraer la información necesaria".
-"Ah pues mira, fíjate que tienes que leer aquí"-me señala las letras chiquitas y rojas-"Hasta dentro de 48 horas puedes venir porque es lo que tarda tu pago en ser procesado en el sistema".
-"Pues tengo manera de comprobrar que ya pagué"- contestó muy convencida- "por algo en el banco dan la ficha de depósito, ¿no?"
Me mira resignada, toma mis documentos y comienza a pelearse con el sistema. Vuelve a analizar mi ficha y una sonrisa curiosa aflora de su rostro.
-"Oiga inténtele en el sistema para ver si pasa mi línea de captura" -una negativa rotunda- "No puedo creer que por pagar de más estoy mal. No me puedo esperar 21 días para que me devuelvan mi dinero porque mi licencia está vencidad".
-"Ahhh pues vuelve a pagar, pero ahora sí lo que te corresponde. Es más, aquí afuera venden líneas de captura (ahhh, ¿venden algo que se supone es gratuito?!), vas al banco, pagas y si te apuras regresas conmigo y hoy mismo tienes tu licencia".
Todo el tiempo trato de sonreir. Insisto. Nada. Una mezcla de impotencia, frustración, coraje y encabronamiento se apodera de mí. Me despido mientras le agradezco. Una parte de mí desea mandarla al carajo. Pero igual me voy a quedar sin licencia así que al salir prefiero vociferar cuanta mentada conozco. Ante todo soy un ser de paz. Oscurita, pero de paz...
Le marco a un amigo en busca de apoyo. Ni modo. Voy a tener que hacer uso del tráfico de influencias.
Pero cuál es mi sorpresa ya que ni eso funciona.
Me vuelvo a encabronar.
Compro unos cigarros en un puesto al lado de las "líneas de captura". Abro la cajetilla y enciendo uno. Me siento al pie de una escalinata. Estoy demasiado molesta. Sobre todo porque no tengo más dinero para volver a pagar. Maldita frustración. Por algo por un rato le discutí a la mujero del módulo que no había sido mi culpa la ambiguedad en la información de la página.
"Ay es que por eso hay que venir a asesorarse primero aquí al módulo. Porque si fuera mi culpa el haberte explicado mal, algo podríamos hacer" -
Eso verdaderamente es no tener madre. Para unas cosas se puede para otras no.
Suspiro.
Miro la hora.
Última bocanada a mi cigarro.
Creo que mejor me regreso a trabajar....
1 comentario:
jaja
Gio: Buenísimas tus entregas del Diplomado en Tramitología.
A mí me pasó algo similar hace unas semanas en el aeropuerto. Pasaba de medianoche y debía presentarme a trabajar a las 7 am después de un larguísimo día en aviones y aeropuertos.
La señorita del módulo me cobró 200 pesos (según la tarifa oficial) y me hizo pasar a una fila para esperar el taxi. 20 minutos.
Era casi la 01 am cuando abordé el taxi y le dije al chofer a dónde iba me dijo él muy "apenado" que lo que me habían cobrado estaba mal, que la señorita esa siempre se equivocaba, y que eran casi 400 pesos del viaje. Muy amablemente me explicó que podía bajarme para aclarar el asunto, pagar lo que según él me faltaba y volver a esperar otro taxi.
Decidí pagarle a él la diferencia.
Dos semanas después me enteré del quilombo del sitio 300 del aeropuerto.
Es horrible tener que salirse por la tangente y hasta pagar de más... pero el sistema sigue sin dar incentivos reales para que tomemos el camino que debe ser.
Un abrazo.
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