sábado, octubre 25, 2008

Panax

Cierro el alma,
respiro con la fuerza de la meditación.
Miro la textura de la circunstancias
y tan sólo callo.
Hay situaciones que no son concebidas en mi cosmovisión.
Otras son simplemente un vaivén de eclecticismos.
La piel me abraza con templanza
y el coraje de la Diosa penetra en el espíritu.
Me exaspera la empatía,
ese universo de energías en yuxtaposición.
No puedo negar la esencia,
pero en el aprendizaje debo permitir un flujo sagrado.
De lo contrario, el prana escapa junto con mi tranquilad.

2 comentarios:

JULIA CUELLAR dijo...

A mí me gusta la empatía, conocer por momentos lo que el otro siente, vive, percibe. Estamos tan solos que segundos de un posible entendimiento me parecen agradables.

RЄĐ dijo...

Empatizas con una gran extension de cosas simultaneamente, como le llamo yo, empatizas en macro.
Estoy seguro que tiene sus mieles, pero en esta actualidad tan sufrida y ante una naturaleza que no es justa sino arbitraria y devoradora, el empático siente por sí y por todos... que gran carga no volverse loco a veces, cuando casi todo lo que hay en el buffet emocional para los empatiesponjas es algo asi como un sueño con sabor a fin. Pero repito... si no fuera por que ser empatico a veces tiene sus mieles...