Silencio en la casillas

Sí.

Hoy, a pesar de que mi estado de salud no es óptimo, decidí acudir a la casilla que me correspondía. La distancia no es más allá de una cuadra y aún bajos los efectos de los analgésicos, recordé que vivir en una sociedad tiene derechos y responsabilidades. Preferible un voto anulado a un abstencionismo, en donde no fuera a ser que alguien "despistadamente" le pusiera mi voto a algún candidato que me causa aberración por estar relacionado con personajes de locura descomunal (prefiero omitir nombres dado que en este blog no se trata mucho el tema político).

Me tomó más tiempo caminar de mi casa a la casilla, que lo que me tomó votar. Es impresionante lo desoladas que están las casillas. He leído en los status del Facebook de algunos amigos, que esta situación se replica en sus centros de votación. En mi curiosidad natural no pude evitar mirar las libretas con el registro de votantes mientras me buscaban... Muy pocos, escasísimos, están marcados como que ya votaron...

Conozco muchos que han preferido callar. Yo respeto su opinión. Otros anularán. Y con justa razón. En mi delegación, por ejemplo la corrupción y el dedazo fueron el eje de un par de campañas. Ha habido juegos sucios. Aunado a una saturación de mensajes que lo único que han logrado es hartar...

En un par de horas, comenzaremos a ver los resultados. Pero algo es una realidad aún sin que empiece el conteo de votos. La apatía por falta de motivación y de líderes, imperó. Un profundo silencio en la casillas fue lo único que se observó....

Señores políticos... ¿esto les dice algo?

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